Venciendo las Cuestas: El Ingenio del Cambio de Marchas y el Nacimiento de Sturmey-Archer en Raleigh
Las primeras bicicletas de seguridad, a pesar de su diseño revolucionario, compartían una limitación fundamental con sus predecesoras: eran, en su mayoría, máquinas de una sola velocidad (ya sea con piñón fijo o libre). Esto significaba que la relación entre el pedaleo y el avance de la rueda era constante. Si bien era suficiente para terrenos llanos, enfrentarse a una cuesta empinada o luchar contra un fuerte viento en contra se convertía en una tarea ardua, que a menudo obligaba al ciclista a desmontar y caminar. La necesidad de un sistema que permitiera variar el esfuerzo era evidente para hacer el ciclismo verdaderamente práctico y versátil.
La Búsqueda de Soluciones: Engranajes Internos vs. Externos
La solución pasaba por incorporar algún tipo de transmisión con diferentes relaciones de cambio. A finales del siglo XIX y principios del XX, surgieron principalmente dos enfoques:
Sistemas Externos (Prototipos de Desviador): Algunos pioneros, especialmente en Francia (como Paul de Vivie, "Velocio"), comenzaron a experimentar con mecanismos que movían físicamente la cadena entre diferentes piñones montados en el exterior del buje trasero. Estos fueron los precursores de los desviadores modernos, pero en esta época eran a menudo frágiles, imprecisos y muy expuestos al barro y la suciedad.
Sistemas Internos (Bujes de Engranajes): Una alternativa más robusta y protegida consistía en alojar un sistema de engranajes planetarios dentro del propio buje trasero. Esta idea ofrecía la ventaja de mantener el mecanismo a salvo de los elementos y permitía un aspecto más limpio en la bicicleta.
El Trío Clave: Archer, Sturmey y la Visión de Raleigh
Fue en el ámbito de los bujes de engranajes internos donde se produjo una de las colaboraciones más fructíferas y duraderas de la historia del ciclismo, involucrando a tres actores clave:
James Archer (El Inventor): Un talentoso inventor e ingeniero que, alrededor de 1902, patentó un diseño notablemente compacto y eficiente para un buje trasero con tres velocidades internas. Su diseño era una mejora significativa sobre intentos anteriores.
Henry Sturmey (El Divulgador y Conector): Un influyente periodista ciclista, editor de la revista The Cyclist y una figura muy respetada en el mundillo. Sturmey reconoció inmediatamente el potencial del invento de Archer y lo promocionó en sus escritos. Más allá de eso, jugó un papel crucial (aunque los detalles exactos son a veces debatidos) en conectar a Archer con la industria.
Sir Frank Bowden / Raleigh Bicycle Company (El Fabricante): Sir Frank Bowden había adquirido una pequeña fábrica de bicicletas en Raleigh Street, Nottingham, en 1888, y la estaba convirtiendo rápidamente en la Raleigh Bicycle Company, una de las mayores del mundo. Bowden era un empresario astuto, siempre buscando innovaciones que dieran a sus bicicletas una ventaja competitiva y las hicieran más atractivas para un público amplio.
Nace Sturmey-Archer Gears
La sinergia era perfecta. Raleigh necesitaba un sistema de cambios fiable para sus bicicletas de producción masiva. Archer tenía el diseño. Sturmey tenía la influencia y posiblemente facilitó el encuentro. Raleigh (bajo la dirección de Bowden) adquirió los derechos o se asoció estrechamente con Archer para producir su buje de 3 velocidades.
En 1902, se lanzó oficialmente el buje Sturmey-Archer de 3 velocidades. ¿Por qué "Sturmey-Archer"? Aunque Archer fue el inventor principal, el nombre de Henry Sturmey, muy conocido y respetado, se añadió probablemente por razones de marketing y credibilidad, aportando un sello de aprobación instantáneo en la comunidad ciclista.
Cross-sectional diagram of the Sturmey-Archer three-speed hub for a bicycle
1911 Encyclopædia Britannica, Vol. 3, p. 917, Public domain, via Wikimedia Commons
El Impacto del Buje Sturmey-Archer 3-Speed
El éxito fue inmediato y masivo. El buje Sturmey-Archer ofrecía ventajas claras:
Fiabilidad: Al estar sellado dentro del buje, el mecanismo estaba protegido del barro, el agua y los golpes, requiriendo muy poco mantenimiento.
Facilidad de Uso: Se controlaba mediante una simple palanca en el manillar conectada por un cable. Crucialmente, permitía cambiar de marcha incluso estando detenido, algo muy práctico en el tráfico urbano o al arrancar en pendiente.
Versatilidad: Las tres marchas (una directa, una más baja para subir y una más alta para llanear o bajar) cubrían la mayoría de las necesidades del ciclista medio.
Estética Limpia: Mantenía la línea simple de la bicicleta sin mecanismos externos colgando.
Este buje se convirtió rápidamente en el estándar de oro para las bicicletas utilitarias, de paseo y de turismo en Gran Bretaña y muchos otros mercados durante décadas. Consolidó la posición de Raleigh como líder mundial y demostró el poder de una innovación bien ejecutada y comercializada. Aunque otros sistemas de cambio seguirían desarrollándose, el buje interno Sturmey-Archer fue la solución dominante que realmente llevó el ciclismo con marchas a las masas en el período anterior a la Primera Guerra Mundial.
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